martes, 6 de junio de 2017

La vejez entre palabras

Con frecuencia, el inicio de las narraciones que comienzan con la vejez  suele ser una circunstancia, un modo de trabar una historia que se retrotrae a épocas anteriores de la vida de sus protagonistas. El arte de volar, de Antonio Altarriba, hecho novela gráfica con la aportación de Kim, es una muestra de ello. La persona anciana ‒algo demente, en muchas de estas ocasiones‒, mediante el recurso literario oportuno, da con los elementos con los que poder configurar el hilo de su existencia.
Por ello, decíamos en la anotación anterior que nos había sorprendido el libro Nosotros en la noche, de Ken Haruf. El protagonismo corre a cargo de Addi Moore y Louis Waters, de unos 70 años, viuda y viudo respectivamente, que han tenido vecindad durante más de media vida, sin que hubieran compartido acontecimientos de la misma, solo viéndose las veces que se cruzaban, tal como puede sucedernos con quienes habitan cerca de nuestra casa (porque, claro, es una pequeña población de Colorado y allí se suele vivir con jardín).
Una tarde (¿o mañana?), ella le hace una propuesta y él, sin meditarla demasiado, acepta. Desean tener compañía durante los momentos más interminables de los días. Ahí comienza una historia de amor sosegado, de dulzura sobrevenida, inesperada…, para la que no hay concesiones de ficción. Cada cual tiene su progenie. La independencia (aun en quien ya ha pasado por todas las cadenas) no existe. El cuerpo impone su ley.
Ken Haruf (1943-2014) escribe esta novela una vez que su médico le ha pronosticado que le resta poco tiempo de vida. Tiene 71 años y, antes de desaparecer, pone su empeño en narrar esta historia; además, de forma diáfana, en donde los diálogos se funden con la existencia, con ella y él.

[Salud. A la espera de que la vida transcurra por sus historias].

8 comentarios:

  1. La verdad que no es corriente dar con protagonistas maduros. Se agradece la información.

    Saludos.

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    1. Ya lo creo, Anónimo. Se repite en los medios de información que somos una sociedad de "jóvenes", y la literatura lo refrenda.

      Saludos.

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  2. Pinta interesante el libro Ignacio, también los mayores tienen vida y experiencia para contarla.

    Un abrazo.

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    1. Ya lo creo, Conchi. Sosegada y pasional.

      Un abrazo. Gracias.

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  3. Buena la propuesta, apetece encontrar lecturas en que los protagonistas no tengan miedo de la edad, en una sociedad en la que parece que a partir de cierta edad es como si no hubiera vida.
    Saludos Ignacio

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    1. Es cierto, Conxita. Por ello, el libro tiene ese atractivo.

      Saludos.

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  4. Vaya, que gran decisión escribir un libro en lugar de compadecerse y sufrir el final de la vida, interesante. Y el libro por lo que cuentas también lo es, así que habrá que buscarlo :)

    Un fuerte abrazo.

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  5. Ya lo creo que es una decisión sublime. es dejar herencia a la humanidad.

    Abrazos.

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