lunes, 23 de abril de 2012

Escribir con imágenes


Recordamos la angustia que nos producía, en la escuela, el tener que comprender eso que llamaban alegorías; por ejemplo, la Agricultura o la Industria, que eran unas señoras altivas de porte, vestidas con túnica (que dejaba al descubierto un brazo) y, al lado, un fajo de espigas o una rueda dentada. Pero si en mi pueblo iban al campo los hombres y la mujeres −no las señoras− que yo conocía, y aquéllas, cuando lo hacían en verano, se ponían unos manguitos que les cubrían hasta el último centímetro de los brazos. Y quienes hacían los utensilios y arreglos eran el herrero, el carpintero o el zapatero, sin más. ¡Cómo comprender aquello!

No nos habíamos enterado que ya Boecio había identificado a la Filosofía con una de estas señoras y que, en especial, desde el siglo XIII al XVIII, gran número de ideas abstractas –la razón, la teoría, la paz, la libertad, la invención, la economía, la ciencia, el arte, la fuerza, vicios, virtudes, etc.−, así como objetos animados o inanimados, fueron representados por imágenes, naciendo con ello un discurso propio y universal, la iconología (que tuvo en la obra de Cesare Ripa [1560-1622] su catecismo). Uno de los momentos más significativos es la inclusión del cuadro compositivo de Charles-Nicolas Cochin (1715-1790) en el frontispicio de la Enciclopédie de Diderot y D’Alembert (lo cual no sucedió en los primeros volúmenes, a partir de 1751, como suele creerse, sino que se grabó en 1776). Vemos allí, en lo alto, a la Verdad, iluminada, a quien desvelan la Razón y la Filosofía, la Imaginación va a adornarla; más abajo, reciben su luz la Teología, la Memoria y la Historia; la Geometría, con un rollo; la Física, con una bomba; la Astronomía, con corona de estrellas; la Óptica, Botánica, Química, Arte, Poesía, etc., todas ellas con sus símbolos; y, en la base, las artes aplicadas, representadas por hombres.

Cochin escribió en su Iconologie que es «bajo el velo de la alegoría como la moral ofrece a los hombres verdades consoladoras y útiles preceptos». Si bien decae la representación en figuras femeninas a finales del siglo XVIII, perdura no obstante en símbolos emblemáticos; así en el diseño hecho en 1902 para la medalla de los premios Noblel de física y química; la de Einstein, de 1921, presenta a la Naturaleza y la Ciencia, con la inscripción circular «Inventas vitam iuvat excoluisse per artes. Cuán bueno es que la vida del hombre sea enriquecida por las artes que ha inventado».

4 comentarios:

  1. Lo femenino, siempre y en todo... ¿por qué será?

    Saludos Lavela.

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  2. Cochin escribió en su Iconologie que es «bajo el velo de la alegoría como la moral ofrece a los hombres verdades consoladoras y útiles preceptos»
    Es curioso el sentido moralizante que se quería imprimir a las imágenes. A través de esas ilustraciones, los editores querrían transmitir a los hombres ciertas seguridades inmutables. Una especie de santos, pero civiles.

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  3. Efectivamente, Elena, ¿por qué será? Debe de ser una presencia que proporciona plenitud (o aspiración a ello).

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  4. Creo, ebge, que eran representaciones de lo natural. Su descubrimiento proporcionaba armonía con nuestro ser genuino.

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